lunes, 27 de julio de 2015

La fuente





Fragmento de los No Mundos 01 ---- la fuente

(En pensamiento, es Ecus).


Ecus: Que bella musa, de espalda caprichosa y caminar robotizado. Me pregunto ¿sabrá ella algo desconocido para mi?, pues si no es así, siento como si así lo fuera, no hay preocupación en su caminar, y sabe, y al menos eso creo: vivir y sentir, sentir sin necesidad de razonar lo sentido.

(Va ecus y olvida a aquella mujer, y se sienta en la banca acostumbrada del parque, y una seria persona se sienta a su lado: Es un extraño hombre de muy baja estatura, y Ecus sin saber el porque de su confianza con aquel tipo le dice).

Ecus: Saludos.

El duende: Hola señor.

(La mirada de aquel extraño hombre era incomprensible, y su sonrisa era pura y altamente picaresca, y Ecus le dice).

Ecus: Tu mirada no es común, ¡acaso vienes tu de los no mundos!.

El duende: ¡Ja!, no se de que mundos me hablas, yo solo construyo los castillos que me encomiendan mis deseos, Hago de simples mujeres: dulces doncellas, de amas de casa: hadas perversas. Más no creas que lo hago a voluntad de otros, si no más bien por complacer mi conciencia, y darle magia y fantasía a este mundo desolado y estéril. Pero ven que te mostraré una de mis obras.


(Van los dos por una calle, y el duende se detiene en frente de una fuente).

El Duende: Mira esta es una de mis obras mas amadas, es bella, es absorbente.

Ecus: Oye acaso tu quieres tomarme el pelo, esta fuente no fue creada por ti, la he visto yo desde hace ya mucho tiempo, e incluso pasaba por esta calle durante su construcción.

(El Duende ríe a carcajadas).

El Duende: ¡Eres muy ingenuo muchacho! acaso crees que lo que vez es lo único que existe, te mostrare, el mundo detrás de esta fuente. Por la noche la visitan prostitutas, y esta mi amada creación siente placer al sentir sus calidos y suaves traseros en sus contornos: y como la vez siempre esta eyaculando.


Algunas de estas damas de la noche tocan con sus dedos sus aguas: Talvez buscando en ella algo de pureza. Ya vez como no es solo un simple objeto hecho por las manos.

¡Y su agua! ¡su agua! no es liquido cualquiera, pues contiene las lagrimas y el dolor del desamor de estas sus musas amadas, pero por el amor despreciadas.

A veces la veo brillar entre los demás edificios, pues esta es brillante y de formas perfectas.

Más no dejes que su apariencia te confunda, pues es tu alma la que da forma a las cosas. Esta mi creación está viva, y solo quien vive es capaz de ver su armónico brillo, y contornos de cristal.

La admiro por ser sublime y condescendiente, y dejar bañar en sus aguas a los niños que merodean los rincones de la muerte en vida. Ya vez como no es un simple objeto, ya vez como no es una simple fuente: y disculpa que no te describa a plenitud sus formas, pues mis ojos se llenarían de lágrimas, lágrimas de profundo regocijo.

(El Duende calla, y Ecus, queda perplejo al ver lo que no había visto, comprendió que el mundo y las cosas no son como el las cree, y que el alma esta oculta en las sombras de los objetos. Y así dijo para sus adentros).

(En pensamiento, es Ecus).


Ecus: Buscare ahora por el mundo la verdadera esencia de los objetos, esta del que el humano vive, pero que su rápida y sigilosa percepción no comprende. Me detendré y observare, viviré emociones plasmadas, y formas ocultas en el inconciente: Pues no es lo que los ojos miran lo que realmente vale, si no lo que el alma llega a comprender.

(Luego El Duende, de rasgos firmes y sólidos, trajes antiguos y serios, se queda maravillado, paralizado como estatua apacible contemplando su obra. Hay nos veremos luego le dijo Ecus, y aquel personaje solo asintió sonriendo y con un leve movimiento de cabeza dio a entender que no interrumpieran su maravilloso éxtasis).

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